Según nuestra experiencia, tener una dirección IP propia sólo tiene sentido si envía más de 100.000 mensajes de email al mes.
Cuando asignamos una dirección IP, la calentamos de antemano enviando correos electrónicos en "paquetes" cada vez más grandes. Desde unos cientos al principio hasta varios cientos de miles al final.
Si luego envías menos correos a través de la dirección IP, ésta se vuelve a enfriar y la tasa de entrega disminuye.